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¿Por qué los coches eléctricos gastan menos los frenos?

En un coche eléctrico no existe únicamente el sistema de frenado mecánico convencional, disponible también en vehículos con mecánica térmica, sino que además de esto cuentan con una tecnología denominada frenada regenerativa. Y esta es la que explica que los frenos de un coche eléctrico se gasten menos. Porque, de hecho, se utilizan con menor frecuencia para producir exactamente el mismo efecto en la detención del movimiento del vehículo.

 

Cuando se pisa el pedal de freno en un coche eléctrico, el motor del mismo se comporta como un generador de corriente. Y el inversor es capaz de transferir la energía eléctrica que produce este componente a la batería del vehículo. En tanto que el inversor de corriente es un dispositivo bidireccional, no solo puede enviar energía eléctrica de la batería al motor –o a los motores- del coche eléctrico, sino que también puede tomarla del motor, cuando actúa como generador, y enviarle esta energía de vuelta a las baterías. Así es como hace que cuando se frena, la batería del coche eléctrico se cargue y por lo tanto se consiga más autonomía sin necesidad de enchufarlo a una toma de corriente o cargador.

El motor se convierte en generador y el inversor carga la batería del coche eléctrico

Este proceso, por el cual el motor del coche eléctrico funciona como generador, y el inversor carga la batería del vehículo, se denomina frenada regenerativa. Y sí, es capaz de aplicar una resistencia al movimiento para la detención del vehículo. Pero además, un coche eléctrico cuenta también con un sistema de frenos mecánicos convencionales, que puede ser con discos de freno o también puede ser con frenos de tipo tambor. De hecho, están empezando a extenderse los frenos de tipo tambor en los coches eléctricos porque el sistema de frenada regenerativa reduce la necesidad de utilizar el freno mecánico.

Gracias al sistema de frenada regenerativa, los coches eléctricos requieren menos fuerza mecánica, y recurren menos al freno mecánico, y precisamente por ello usan y desgastan menos los frenos. La eficiencia de la frenada regenerativa depende de la potencia del motor y de la eficiencia del inversor. Cuando más eficiente sea la frenada regenerativa, con mayor intensidad será capaz de frenar el vehículo, pero además también tendrá una mejor capacidad para recargar la batería del coche eléctrico. Esto último, en definitiva, se traduce en que será capaz de conseguir una mayor autonomía sin tener que pasar por un punto de carga, sencillamente aplicando el freno.

El hecho de que se estén empezando a utilizar frenos de tipo tambor en algunos coches eléctricos responde a varias cuestiones. Un de ellas, evidente, es la reducción de costes para aumentar la competitividad de los productos. Otra de ellas es que requieren de un menor mantenimiento, y más económico, además de que son más resistentes, precisamente, a la falta de uso. Por otro lado, responde también a la intención de los fabricantes de reducir el peso de sus coches eléctricos para intentar ofrecer la autonomía más amplia posible.

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